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MUELAS DEL JUICIO. Información y consideraciones para los buzos

Las muelas del juicio son molares permanentes que suelen salir al final de la adolescencia o a principios de los veinte años. No es raro que estas muelas se asocien con dolor o complicaciones. Los dentistas suelen recomendar la extracción de las muelas del juicio. Cualquier extracción de muelas puede ser preocupante para los buceadores, ya que mantener un regulador de buceo en su lugar significa asegurarlo con la mordida.

Características de las “muelas del juicio

“Muelas del juicio” es el nombre común de los terceros molares. Normalmente hay cuatro muelas del juicio. Los molares son los dientes más posteriores de cada lado de los maxilares superior e inferior, y su ubicación y gran tamaño los hacen perfectos para triturar los alimentos. Son dientes vestigiales de nuestros antepasados homínidos, quienes tenían que triturar vegetales duros y fibrosos. 

Las variaciones genéticas en el tamaño de la mandíbula y los dientes, una dieta menos estimulante para el crecimiento de la mandíbula y la falta de pérdida de dientes contribuyen a la falta de espacio para las muelas del juicio. En una boca sana con suficiente espacio, puede que no sea necesario extraer los terceros molares.

Complicaciones y problemas asociados

La erupción física de las muelas del juicio puede causar molestias. Los terceros molares erupcionados suelen estar malformados y pueden estar asociados con tejidos blandos debilitados. Son difíciles de limpiar, lo que también los hace susceptibles a las caries y a las infecciones de los tejidos blandos.

Alrededor de un tercio de las muelas del juicio no erupcionan completamente, lo que resulta en su “impactación”. Algunas permanecen en lo profundo de la mandíbula, otras están ligeramente mal posicionadas o presentan un pequeño colgajo de tejido blando que cubre parte del diente. Esto ocurre en el 20-30% de la población (Almendros-Marqués et al., 2006).

La impactación dificulta la limpieza adecuada, lo que lleva a la acumulación de bacterias que pueden causar infecciones, como la pericoronitis, que afecta al tejido blando que rodea la corona de un tercer molar parcialmente erupcionado. El tratamiento incluye antibióticos orales, enjuagues de clorhexidina y enjuagues salinos calientes. Problemas con una muela del juicio pueden resultar en caries e infección en el segundo molar adyacente.

Un tercer molar infectado puede causar dolor e hinchazón, y la infección puede progresar, lo que resulta en trismo (bloqueo de la mandíbula) o limitación en la apertura de la mandíbula, lo que trae aparejado serios inconvenientes para mantener la pieza de boca firme y segura. Algunas infecciones son leves, mientras que otras pueden representar un riesgo para la vida del paciente. Una complicación peligrosa ocurre cuando la posición de un tercer molar inferior infectado permite que la infección se extienda a áreas profundas del cuello o afecte las vías respiratorias.

Otros problemas incluyen dolor de cabeza, trismo (dificultad o imposibilidad para abrir la boca), fracturas de la mandíbula y problemas de la articulación témporomandibular.

Complicaciones de la extracción

Entre las posibles complicaciones después de la extracción de una muela del juicio se encuentran la alveolitis seca, la infección en el lugar de la extracción y la sinusitis maxilar aguda.

La alveolitis seca es una afección dolorosa provocada por la pérdida o desintegración de un coágulo sanguíneo en el lugar de la extracción (intraalveolar). El tratamiento estándar consiste en antibióticos orales y cambios de apósitos medicados.

La infección en el área de extracción puede ocurrir inmediatamente después del procedimiento y seguir siendo un riesgo durante aproximadamente un mes. Se trata con antibióticos orales y, a menudo, con un procedimiento de drenaje.

El tercer molar maxilar suele estar cerca del seno maxilar y puede afectar al delgado hueso que se encuentra entre el diente y el seno. Esto puede provocar una infección y, en raras ocasiones, una comunicación entre el seno y la boca. Una sinusitis maxilar aguda no complicada suele responder al tratamiento con antibióticos. Una apertura crónica o una sinusitis crónica pueden requerir una intervención quirúrgica.

Implicaciones en el buceo después de una intervención dental

  • Planificación anticipada: es crucial planificar cualquier intervención quirúrgica dental con suficiente antelación antes de un viaje de buceo, especialmente si se trata de un destino remoto. Cuatro circunstancias principales deben considerarse en relación con las muelas del juicio y su impacto en el buceo.
  • Extracciones antes de bucear: Evite bucear inmediatamente después de una extracción dental para prevenir hemorragias no detectadas y la posibilidad de que ingrese gas comprimido hacia dentro de la herida quirúrgica en la cavidad bucal.
  • Problemas durante el viaje: el cuidado dental puede ser desafiante en lugares remotos. Problemas como caries, dolor de muelas, infecciones de tejidos blandos o barotrauma dental pueden arruinar unas vacaciones de buceo. La prevención adecuada es clave, y se recomienda informarse sobre la necesidad de extraer las muelas del juicio.
  • Buceo después de la extracción de una muela del juicio retenida. Consulte al cirujano sobre el momento adecuado para bucear después de una extracción sin complicaciones. Problemas como entumecimiento, dolores dentales y musculares pueden afectar la capacidad de sostener la boquilla de manera segura. Se sugiere esperar un mínimo de cuatro semanas después de una operación sin complicaciones. Sin embargo, incluso después de este período, es posible que se presenten complicaciones, especialmente en casos de muelas del juicio profundamente impactadas.
  • Resorción ósea de la mandíbula: Aunque menos frecuente, los dientes impactados pueden estar asociados con la pérdida crónica de tejido óseo, grandes quistes o infecciones crónicas, lo cual debilita la mandíbula inferior o afecta el drenaje normal de los senos maxilares. Este problema se identificaría durante un examen rutinario con las imágenes adecuadas. Regresar al buceo demasiado pronto podría aumentar el riesgo de fracturas.

Pautas para bucear después de una intervención dental:

  • Espera de cuatro a seis semanas: Asegúrese de que el alvéolo dentario y/o el tejido bucal hayan cicatrizado lo suficiente para minimizar el riesgo de infección o nuevos traumatismos.
  • Dejar de usar medicación para el dolor: Evite bucear mientras esté tomando medicamentos para evitar posibles interacciones con el nitrógeno (narcosis).
  • Garantizar comodidad: Antes de realizar una inmersión, asegúrese de poder sostener la boquilla del regulador sin dolor ni molestias durante el tiempo suficiente para llevar a cabo la inmersión planificada.
  • Teniendo en cuenta los problemas potenciales que pueden causar las muelas del juicio impactadas, así como los riesgos de las extracciones, los siguientes consejos pueden ser útiles para el odontólogo de un paciente con este problema que realiza buceo.
  • Evaluar cuidadosamente el grado de impactación de las muelas y posibles complicaciones antes de recomendar la extracción. Las muelas asintomáticas que no estén causando daños podrían dejarse sin extraer.
  • Explicar los riesgos de barodontalgia (dolor dental por los cambios de presión) con dientes impactados o cavidades expuestas durante el buceo. Esto podría motivar al paciente a someterse a la extracción.
  • Si se realizan extracciones, se indica un periodo de espera más prolongado de 3-6 meses antes de volver a bucear para permitir una cicatrización ósea completa y evitar complicaciones con los cambios de presión.
  • Recomendamos una bitácora de buceo detallada luego de la extracción para registrar síntomas de dolor dental durante el descenso y controlar la curación del alvéolo.
  • Prescribe descongestionantes orales antes de bucear para reducir la presión en los senos maxilares adyacentes a los alvéolos de extracción y disminuir molestias.
  • Considerar una profilaxis antibiótica en el periodo pos-extracción inmediato, si se realizarán inmersiones, para prevenir osteítis u otras infecciones ante posibles diseminaciones bacterianas por cambios de presión.
  • Instruir al paciente a abortar la inmersión si presenta dolor dental intenso bajo el agua y consultar al odontólogo rápidamente luego del buceo si esto ocurre.
  • Realizar seguimiento radiográfico pos-extracción a intervalos regulares para confirmar la ausencia de patologías antes de autorizar la reincorporación total a la actividad de buceo.

Consejos para Odontólogos

Para odontólogos que tratan a pacientes buceadores, es crucial evaluar cuidadosamente el grado de impactación de las muelas y explicar los riesgos de bucear con dientes impactados. Además, se deben seguir pautas específicas para la reintegración segura al buceo después de una extracción dental.

Dr. GMauvecin

Foto de portada: Engin Akyurt en Pixabay

Imagen de Marco Antonio Lazcano en Pixabay

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