Cuando “viajamos” hacia la superficie, después de haber realizado un buceo, puede que requiramos de una o más paradas de descompresión para minimizar la aparición de manifestaciones de la enfermedad de descompresión. Mientras realizamos la parada de descompresión por un tiempo y a una profundidad predeterminada, vamos a permitir que el gas inerte disuelto en los tejidos, salga de éstos de “forma segura”.
El viejo dicho, “Vale más un gramo de prevención que un kilo de curación”, es muy aplicable a la enfermedad por descompresión. Es por esto, que es sumamente importante respetar la velocidad de ascenso, las profundidad y los tiempos de las paradas de descompresión, según el algoritmo seleccionado. Los buzos técnicos, son los que muchas veces han podido observar que muchas de las manifestaciones (síntomas) de la enfermedad por descompresión, pueden se evitadas cuando se realizan “paradas profundas” durante sus perfiles descompresivo.
Una “parada profunda” es una parada de descompresión a una profundidad más profunda que la de la primera parada de descompresión, preestablecida por el algoritmo seleccionado por el buzo.
El término de “paradas profundas”, fue acuñado a finales de la década del 90 por el Dr. Richard Pyle, ictiólogo, que frecuentemente realizaba inmersiones a grandes profundidades (alrededor de los 100 mts.) en busca de especies de peces, y observó que a veces se sentía cansado después de los buceos, y en otras ocasiones se sentía mucho mejor. Observó que esto último, generalmente ocurría cuando debía realizar un “alto” en la descompresión para desinflarle la vejiga natatoria de los peces, antes de seguir su camino a la superficie. Compartió su experiencia con otros buzos, y la práctica de realizar paradas profundas se extendió entre los buzos técnicos, sin tener un fundamento científico aparente. Fue así que Baker, fue uno de los principales promotores de la realización de las “paradas profundas”, incorporando paradas de descompresión a mayor profundidad que las establecidas para los algoritmos de Buhlmann o Workman.
- La primera parada de Pyle estará a mitad de camino entre la máxima profundidad y la profundidad de la primera parada de descompresión requerida por el programa.
- El tiempo de la parada sería de unos 2-3 minutos.
- Si la distancia entre el primer “parada profunda” y la parada programada por tabla es superior a 9 mts., se agregará una segunda “parada profunda” a mitad de camino entre la primer “parada profunda” y la programada.
Supongamos que he realizado un buceo a 50 mts de profundidad y que por la tabla o el algoritmo seleccionado, debo realizar mi primer parada de descompresión a 15 mts. Si yo quiero aplicar el método de la parada profunda de Pyle, debo calcular a qué profundidad entre el fondo y la primer parada prevista, debo realizar mi “parada profunda”:
El promedio de profundidad entre el fondo (50 mts.) y la primer parada de descompresión (15m), será:
(50m + 15m) /2= 32,5 m por lo que redondeamos a 33mts.
La diferencia entre la primer parada profunda y la programada, será:
(33m + 15m)/2= 24mts.
Entre la parada de 24mts. y la programada (15 mts) hay 9 metros, en consecuencia no deberé realizar otra “parada profunda”
Basándose en observaciones personales, Kunkle y Yount aplicaron la hipótesis del volumen crítico de las burbujas y desarrollaron el modelo VPM que predijo una descompresión inicial más profunda que el modelo Haldeniano de Buhlmann.
Paralelamente, B. Wienke desarrolló un modelo similar al modelo VPM, pero lo llamó RGBM. Ambos modelos fueron muy bien aceptados, muy especialmente por la comunidad de buzos técnicos, y a comienzos de la década del 2000, gran cantidad de computadoras de buceo los incorporaron, aunque con escasa validación de campo.
Como ya he mencionado en entradas anteriores, una forma de evaluar el estrés descompresivo es realizar en recuento de burbujas en el sistema venoso y en las cavidades derechas del corazón, una vez finalizada la descompresión. Bien sabido es que la presencia de burbujas circulando en la aurícula y el ventrículo derecho, de ninguna manera significan enfermedad de la descompresión, pero nos da una clara idea del riesgo de presentar manifestaciones de la enfermedad de la descompresión.
Una de las escalas más utilizadas en el recuento de burbujas y el estrés descompresivo, es la de Spencer, que tiene en orden ascendente, 5 grados, desde 0 hasta 4. Si bien esta escala nos sirve para tener una idea aproximada del riesgo de padecer manifestaciones de enfermedad de la descompresión, los grados más bajo, implican poco riesgo, mientras que el grado 4, implica un riego del 45% de presentar manifestaciones de enfermedad de la descompresión.
El Dr. Roger y col. realizaron una evaluación del estrés descompresivo y el riesgo de presentar manifestaciones de enfermedad de la descompresión para buceos repetidos en diferentes algoritmos, y los resultados se ven en la grafica siguiente.
Así es que la pregunta que se hacen hoy los buzos, es ¿Cuán eficaces son las paradas profundas en la prevención de la ED?, ya sea por un algoritmo de burbujas o cuando se manipulan los Factores de Gradiente en un algoritmo de contenido gaseoso (Haldeniano).
Estudios controlados
En 2004, el Dr. Blatteau y col., presentaron un trabajo en el que compararon un buceo a 60 mts. por 20 min., seguido por otro a 50 mts. por 13 min. con un intervalo en superficie de 3 horas, realizado siguiendo los perfiles del modelo MN 90 de la Marina de Francia. Lo compararon con un perfil en el que disminuyeron la velocidad de ascenso de 15 mts. por min. a 12 mts. por min., y al que le agregaron una parada profunda a la mitad de la máxima profundidad alcanzada. El estrés descompresivo se evaluó con la escala de Spencer. La mayor cantidad de burbujas se detectaron a la hora de haber llegado los buzos a superficie, en cualquiera de los perfiles. Pero cuando el recuento de burbujas se realizó después de haber realizado buceos repetidos, la mayor cantidad de burbujas halladas y la presencia de manifestaciones de ED, fue en los perfiles que tenían paradas profundas.
Más recientemente, el Dr. Ljubkovic y col. de EDU , en Panama City, publicaron los resultados, no de la presencia de burbujas circulando, sino de la aparición de manifestaciones de ED, después de haber realizado un buceo a 60 mts. por 30 min. y la descompresión la realizaron por las tablas de la US Navy y otros, por un modelo VPN con paradas profundas, muy conservador, para que tuviese la misma duración que el de paradas más superficiales.
Para el grupo que realizó la descompresión por la tabla de la US Navy (con paradas más superficiales), fueron 192 buzos, mientras que para el de paradas profundas, 198. Los resultados demostraron que en el grupo de paradas más superficiales, se presentaron 3 casos de ED, mientras que en el de paradas profundas, 10 fueron los buzos afectados.
Si nos preguntamos, porqué el perfil de paradas profundas tuvo mayor incidencia de ED?, la respuesta podría ser, porque al realizar la parada profunda, permitió que los tejidos lentos continúen “ganando” gas, lo que generó una mayor sobresaturación llegando a superficie, o incluso una vez finalizado el buceo.
Conclusiones
De todos los trabajo hasta la fecha, no se puede concluir, cuál es procedimiento de descompresión mas seguro o con menor índice de ED para lo buceos de rebote profundos.
Con todo lo visto hasta estos días, sería muy aconsejable no promocionar las descompresiones con paradas profundas, pero no con mucho entusiasmo.
Eventualmente los algoritmos de paradas profundas, podrían haber sido sobre estimados en lo que hace a seguridad en la descompresión.
Evidentemente, la última palabra, aún no ha sido dicha. Quedan muchos trabajos por realizar para acercarnos al algoritmo matemático que haga nuestras descompresiones más seguras. No debemos olvidarnos, que todos son modelos matemáticos, adpatados al ser humano y su fisiología.
Dr. GMauvecin
Lectura recomendada
Rogers RE, Powell MR, Spencer MP. Doppler ultrasound monitoring of gas phase formation following decompression and repetitive dives. Santa Ana, California: Diving Science and Technology Corporation; 1988.
Doolette D, Mitchell S. Recreational technical diving. Part 2. Diving and Hyperbaric Medicine. Vol. 43 No. 2 June 2013