“Estoy embarazada!!!”. Es difícil de creer pero lo querés gritar a los cuatro vientos, subir la noticia a facebook y twittearlo a todos tus seguidores. Ya tuviste los primeros síntomas y de pronto…, se vienen a la cabeza las vacaciones que programaron con tu pareja en esas playas paradisíacas en la cual no piensan dejar pasar un solo día sin bucear. Y son dentro de 2 meses….!!!! Surge la pregunta: “Podré bucear?”
Hasta la fecha hay pocos trabajos científicamente realizados sobre las consecuencias, o no, del buceo durante el embarazo. No obstante ello, fundamentalmente, dos son las razones por las que deberíamos preocuparnos cuando una embarazada va a querer bucear, respirando gases a presión.
Una de ellas, es la preocupación porque el feto sufra un cuadro de enfermedad de la descompresión. Seguramente que si durante el buceo o inmediatamente después de haber finalizado el mismo, las burbujas que circulan por las venas de la mujer embarazada, serán filtradas por la placenta y de esta manera, no llegarán a la circulación fetal. Pero por otro lado, esas mismas burbujas que quedan atrapadas en la placenta van a dificultar la normal oxigenación del feto, pudiendo producir alguna alteración en el desarrollo de sus órganos. A todo esto hay que agregarle las características particulares de la circulación sanguínea del feto. Debemos recordar que después de cada buceo, aparecerán un número variable de burbujas en la circulación venosa del buzo, y que debido a que éstas son filtradas cuando llegan a los capilares pulmonares, es que nosotros podemos bucear si mayores inconvenientes.
La circulación de la sangre por los pulmones en el feto, está abolida, por lo que cualquier burbuja que circule por las venas fetales, no podrá ser filtrada y de este modo, pasarán directamente a la circulación arterial, pudiendo desencadenar lo que conocemos como “aeroembolia paradojal”.
La otra razón de preocupación, es la elevada presión parcial de oxígeno a la que estará expuesto el feto, ya sea que la madre respire aire, mezclas sintéticas (Nitrox) o cuando la mujer embarazada deba realizar un tratamiento de recompresión por haber presentado una manifestación de accidente descompresivo.
El Dr. M. Bolton en 1980 (1), publicó un trabajo retrospectivo que realizó enviándole a mujeres buzos, un cuestionario relacionado con el haber buceado estando embarazada. Recibió la respuesta de 208 buzos, de las cuales 136 habían buceado durante el embarazo, y se observó que tuvieron una tasa de malformaciones en los recién nacidos, del 5,5%, que si se lo compara con el 2% de la población general, la diferencia fue poco significativa, teniendo en cuenta el pequeño número de la muestra.
Otro estudio publicado en 1995 por el Dr. St Leger Dowse y colaboradores (2), demostró que la incidencia de abortos espontaneos fue mayor en el grupo de mujeres, que estando embarazadas, realizaron más de un buceo diario o a profunndidades que requirieron paradas de descompresión, comparado con la población en general.incidencia
En un trabajo más reciente del mismo autor publicado en 2006 (3), evidenció que las mujeres bucean menos durante el embarazo que en el pasado, por lo que se asume que la recomendación de “…no bucee durante el embarazo…”, está siendo universalmente aceptado entre las mujeres que practican buceo recreativo.
Como vimos, en el pasado, diferentes autores evaluaron la relación existente entre las anormalidades fetales y el buceo de profundidad (Bolton 1980; Betts 1985; Bakkevig et al 1989). Sin embargo, los estudios más recientes no han encontrado una relación directa entre inmersiones profundas y anormalidades fetales. De hecho, muchas de las mujeres del estudio publicado por el Dr. St Leger Dowse y colaboradores en 2006, realizaron buceos en una variada gama de profundidades y no informaron problemas con el embarazo ni con los recién nacidos.
Es importante remarcar que al revisar la literatura sobre el tema del buceo y embarazo, es importante reconocer que la información disponible es muy limitada. Está claro que no sería ético exponer a un gran número de mujeres embarazadas a una serie de inmersiones, con el fin de determinar el riesgo que implica tanto sobre la gestación en sí, como para con el feto. Es por esto que se debe recurrir a análisis retrospectivos basados en información de mujeres que han seguido buceando durante el embarazo, para luego evaluar a los recién nacidos. Este tipo de análisis no es sencillo, ya que nos encontramos con variaciones en las profundidades y tiempos de buceo, cantidad de inmersiones, edad gestacional, la edad materna, etc.
Entonces, podemos recurrir a modelos experimentales en animales de laboratorio, pero existen diferencias en la circulación placentaria entre los seres humanos y otros animales. Los estudios en animales pueden ser útiles, pero sus resultados han sido contradictorios y no concluyentes y sólo pueden ser relevantes para la especie estudiada, lo que hace la extrapolación a los seres humanos, muy cuestionable. (Fife et al 1978; Stock et al 1980; Nemiroff et al 1981; Gilman et al 1982; Bolton-Klug et al 1983; Gilman et al 1983; Willson et al 1983; Powell y Smith, 1985).
Todo esto deja en evidencia que la comunidad científica no ha avanzado mucho al respecto. Hoy, en el siglo XXI, vemos que el riesgo de buceo durante el embarazo, permanece sin cuantificar. No fse ha podido establecer una correlación entre las malformaciones fetales y buceo, al igual que no se han establecido límites seguros para bucear durante el embarazo. Esto no quiere decir que el buceo es seguro durante el embarazo, pero tampoco es posible recomendar o establecer límites de seguridad para bucear mientras dure la gestación.
Parafraseando al Dr. Matias Nochetto:…Tal cual dicen los geniales Les Luthiers, “la verdad absoluta no existe, y eso es absolutamente cierto”. A mi modo de ver y como he comentado en reiteradas oportunidades, el buceo es una actividad sumamente agradable y sorprendente, pero creo que no hay nada bajo el agua por lo que valga la pena tomar eventuales riesgos para con un futuro integrante de la familia por nacer.
Veamos lo que aconsejan algunas de las entidades mundialmente reconocidas ligadas activamente a la práctica e investigación del buceo recreativo:
Divers Alert Network (DAN) presenta una visión equilibrada de la información disponible y en resumen: “Debido a la escasez de datos disponibles y lo incierto de los efectos del buceo en el feto, el buceo representa un aumento del riesgo de lesiones durante el embarazo. Hay una incidencia inicial de las lesiones, incluyendo los casos de enfermedad por descompresión en el buceo. También hay que considerar los efectos sobre el feto, si la madre debe someterse a un tratamiento de recompresión“.
Sociedad de Medicina Subacuática del Pacífico Sur (SPUMS) “La seguridad de buceo durante el embarazo no ha sido establecida. Los riesgos del buceo para el feto están bajo investigación, pero el embarazo se considera una contraindicación para el buceo“.
Consejo para Entrenamiento de Buceo Recreativo (RSTC) “El embarazo: El efecto de la embolia venosa que se genera durante la descompresión en el feto, no ha sido investigado a fondo. Por lo tanto, la práctica del buceo no se recomienda durante cualquier etapa del embarazo o en mujeres que buscan activamente quedar embarazadas“.
Club Británico Sub Aqua (BSAC) “Las pruebas médicas en relación a la seguridad de las mujeres embarazadas y el buceo, no son concluyentes. Sin embargo, hay evidencia de que el buceo profundo puede causar daño al feto. Ciertamente, la enfermedad por descompresión y su posterior tratamiento podría ser perjudicial para el feto. Por consiguiente, si una mujer está embarazada o está tratando de quedarse embarazada, se recomienda no bucear “… “Aquellas mujeres que deciden seguir buceando mientras están embarazadas o tratando de quedar embarazadas, sólo deben realizar inmersiones poco profundas, lo ideal sería menos de 10 metros y una profundidad no mayor de 20 metros, y seguirá siendo así dentro de buceos sin parada de descompresión. Incluso a poca profundidad, sigue existiendo el riesgo de barotrauma pulmonar que podría requerir tratamiento de recompresión y causar daño al feto“
Dr. GMauvecin
Foto de portada: WWW.MONTELIUS.INFO via Visual Hunt / CC BY
Bibliografía recomendada.
1.- Bolton M. SCUBA diving and fetal well-being: a survey of 208 women. Undersea Biomed Res 1980; 7:183-189
2.- St Leger Dowse M et al. Men and woman on diving. Diving diseases Research Ceter. UK. 1995
3.- St. Leger Dowse et al. Scuba diving and pregnancy: Can we determine safe limits? Journal of Obstetrics and Gynaecology, August 2006; 26(6): 509 – 513