Los cruceros de “vida a bordo” son considerados por muchos una de las mejores maneras para que aquellos buzos sin pareja puedan hacer nuevos compañeros de buceo de forma rápida. Muchas de las veces, estos nuevos amigos se complementan tan bien que después reservan más viajes juntos.
Estando a bordo, se desayuna y almuerza con un grupo de entre 10 y 20 pasajeros, compañeros de buceo, dependiendo de la capacidad del crucero. Se disfruta de increíbles excursiones con muchos de ellos y, por las noches, se cena bajo las estrellas, relajándose en cubierta o compartiendo las experiencias y fotos o videos de los buceos realizados durante el día.
No hay mejor forma de hacer amigos que compartir la complicidad e interdependencia de dos buzos en una inmersión.
Cuando nos decidimos a realizar nuestro primer “vida a bordo” de buceo, se pueden genera una gran cantidad de dudas y preguntas. Es un nuevo ambiente y queremos saberlo todo antes de embarcar. Desde qué hacer el primer día, hasta cómo puedo conectarme a internet en la nave. Todos son interrogantes para el primerizo. Y, generalmente, para muchos, el primer crucero es el que marca si estamos hechos para ellos o no.
Dar con el barco y con el itinerario correctos puede causar algún tipo de estrés entre algunos buzos. Saber cómo es el ambiente a bordo, o elegir la mejor fecha del año, puede cambiar totalmente nuestra experiencia.
No obstante todo esto, seguramente tomaremos en cuenta de todo lo relacionado con los buceos. Pero, lamentablemente, se deja de lado algunas cosas que conciernen a la seguridad de la embarcación y de su navegación.
“…La mayoría de los accidentes y eventos adversos en el buceo no se deben a fallas técnicas no detectadas, mala flotabilidad o ajuste incorrecto, sino a una falla en la comunicación, mala toma de decisiones o falta de conciencia de la situación, o más probablemente a una cadena de eventos que se basan en estos factores humanos…” -Gareth Lock-
El desastre que le ocurrió al “Concepción” el año pasado, frente a las costas de California, es un claro ejemplo de ello.
El hundimiento del MV Concepción se produjo el 2 de septiembre de 2019, cuando el barco de buceo de 75 pies (23 metros) se incendió y finalmente se hundió frente a la costa de la isla de Santa Cruz, California, Estados Unidos. El barco había anclado en el puerto de Platts, una tranquila bahía de la costa norte de la isla, con 33 pasajeros y un miembro de la tripulación durmiendo bajo cubierta. Cuando se produjo un voraz incendio, poco después de las 3.00 horas. Falleciendo todos ellos.
Hoy, recién casi 10 meses después de la tragedia, se pudieron determinar las causales del incendio y la causa primaria de la muerte de los que allí fallecieron.
Dr. GMauvecin
Edición periodística: Álvaro López Melián
Foto de portada:Los Angeles Times