Ir profundo, no es algo fácil…
“…Estar atrapado en un submarino siniestrado puede ser una de las pruebas más dolorosas imaginables, una prueba de temple que casi desafía la comprensión. De una forma u otra, ha inspirado a un sinnúmero de libros y películas, incluyendo “Das Boot” en 1981 y “U-571” en 2000.
Históricamente, ha habido muchos más tripulantes que han muerto en los submarinos hundidos, que los que han sobrevivido. Hay distintas fases de su lucha: inicialmente, la manipulación frenética de los problemas mecánicos y de las estrategias, seguido de momentos más tranquilos de contemplación, como los sombríos y crueles elementos de la reclusión, el encierro y la disminución del aire que crea la posibilidad de una muerte lenta.
A medida que pasan las horas, los hombres sufren dolores de cabeza. El oxígeno que va disminuyendo hace que cada exhalación de aliento sea más difícil. El pensamiento se vuelve confuso, incluso a medida que se enfrentan a esa decisión imposible: permanecer a bordo protegido del aplastamiento de las profundidades del océano, o correr el riesgo de una muerte agonizante con sus pulmones estallados en una natación desesperada hacia la superficie, llamada golpear y salir?…” (August 20, 2000|By David Ferrell and Nora Zamichow, Los Angeles Times.)

Situaciones como éstas, se revisan constantemente en todas y cada una de las Fuerzas de Submarinos de las diferentes Armadas, e incluso en aquellos organismos y empresas que cuentan con submarinos, solamente con fines de investigación. Íntimamente, también la he hecho cada vez que me tocó salir de operaciones en un submarino, pero con la plena convicción que ante un siniestro, yo iba a realizar la maniobra de escape, independientemente de la profundidad. Para eso nos han entrenado reiteradamente, y yo estoy convencido que en cierto momento, será la única salida para intentar sobrevivir a una siniestro en un submarino. No todos los submarinistas piensan así, hasta algunos me han llegado a decir, que en caso de emergencia, ellos preferían permanecer dentro del buque a esperar lo inevitable. Será por mi entrenamiento en buceo?. No lo se.
Uno de los análisis de esta situación, fue en la Marina de los Estados Unidos, que en la década de 1970, le consultó al Dr. Peter Bennett de la Universidad de Duke, si un submarino estuviese hundido a una profundidad de unos 300 metro, podría ser asistido por buzos para iniciar su rescate y salvamento?

Fue así que se desarrollaron los programas ATLANTIS en el Laboratorio para Estudios Ambientales FG Hall, en la Universidad de Duke. Para ello se realizaron varios buceos en 3 ó 4 voluntarios a 210, 300 y 420 metros de profundidad, teniendo siempre en mente que el limitante más importante sería en Síndrome Nervioso de Alta Presión (SNAP). Empíricamente, el Dr. Bennett, pensó en la utilización de N2 en la mezcla respiratoria, con la finalidad de controlar las manifestaciones del SNAP.
El proyecto se inició el 19 de abril de 1979, con el primero de los buceos con tres voluntario. Se lo llamó Atlantis I. El objetivo principal fue evaluar el SNAP en diferentes momentos del buceo, mientras se respiraba una mezcla Trimix 5 (5 por ciento de N2 en una mezcla heliox). Después del primer día de compresión, se alcanzó la profundidad de 450 metros, y se observó una reducción global del 30 por ciento en el rendimiento psicomotor con la presencia de náuseas y temblores significativos. Se observaron alteraciones en el EEG desde el primer día de buceo, con mejorías parciales durante los días posteriores, pero el EEG nunca volvió a la normalidad.
Atlantis II fue principalmente un buceo con Trimix 10. Los tres voluntarios fueron evaluados por primera vez a 450 metros de profundidad, donde los sujetos llegaron “muy bien” con una reducción mínima de su rendimiento psicomotor. Durante los siguientes tres días evidenciaron una excelente capacidad de trabajo, hasta niveles de ejercicio de 180 W, y menos disnea que antes, a pesar de la importante carga respiratoria inducida por la mezcla Trimix 10 (mucho más densa). Fue tan bueno el rendimiento de los buzos ,que se comprimió la cámara con helio y oxígeno, llegando así a una profundidad de 640 metros de profundidad con una mezcla Trimix 7 en excelentes condiciones para el rendimiento físico y psicológico.

Atlantis III se realizó unos meses más adelante hasta una profundidad de 686 metros con mezcla Trimix 10, alcanzando un record mundial para buceos simulados el 3 de febrero de 1981. Los voluntarios (E Kramer, L Whitlock y S Porter) llegaron y se quedaron 4,5 días a esta profundidad, evidenciando un excelente rendimiento en el trabajo y sin disnea. Se requirieron más de 40 días de saturación, pero se demostró que a profundidades entre 400 y 600 metros se podían realizar trabajos en condiciones psicológicas y físicas aceptables. Los buzos parecía tener dificultad para concentrarse en las pruebas de destreza y de resistencia que les fueron asignadas. Por otra parte, en dos ocasiones un buzo comenzó a sentir dolor en sus articulaciones mientras se reducía la presión, en un intento de simular el retorno a la superficie.

En cada momento en el que los buzos reportaban dolor articular durante la descompresión, ésta era suspendida, y se le hacía respirar una presión parcial de O2 aumentada. La descompresión fue muy lenta, solamente cuatro pies por hora.
Finalmente Atlantis IV resultó ser más difícil debido a la elección de una mezcla Trimix 5, pero sobre todo porque unos de los voluntarios experimentó alucinaciones durante las últimas etapas de compresión, por lo que requirió medicación. (Manifestó ver un pájaro volando dentro de la cámara que se le posaba sobre el hombro).
A pesar de los logros científicos, no todo resultó ser color de rosas. El 1986 la Universidad debió afrontar una demanda de parte de uno de los buzos voluntarios del proyecto Atlantis y de sus familiares, por eventuales lesiones cerebrales. Cosa que no fueron probadas.
“..Igual que muchas historias de gran riqueza, sin embargo, esta también tiene un lado oscuro y uno que se explora en la nueva película de Erik Skjoldbjærg, “Pioneer”, un thriller tenso que ya ha sido escogido por George Clooney, que tiene la intención de rehacer en idioma Inglés Norteamericano. Skjoldbjærg ya tiene cierta experiencia en Hollywood, su primera película, “Insomnio”, fue rehecha por Christopher Nolan y protagonizada por Al Pacino y Robin Williams.
“Me considero afortunado por lo que Nolan hizo”, dice Skjoldbjærg. “Pioneer”, cuenta con la banda sonora original de Air. Se trata de los buzos del Mar del Norte, también conocidos como los “buzos pioneros.” Estos fueron los hombres que incursionaron en nuevas profundidades, como parte del proceso de exploración petrolera. Una abrumadora mayoría de estos buzos fueron física y psicológicamente lesionados como resultado de operar tan profundo. Hoy en día, se considera inseguro bucear a más de 200 mts., pero en la década de 1970 los buzos pioneros estaban trabajando en las tuberías de petróleo hasta 500 mts. por debajo de la superficie.
Uno de estos hombres fue Angus Kleppe, que me cuenta que tiene “lesiones neurológicas” en su “sistema nervioso central”, como resultado de los buceo que realizó para la empresa Seaway Diving, una empresa que ha trabajado con las compañías petroleras y del Estado noruego. Kleppe y su equipo eran trasladados a un barco por helicóptero y luego eran enviados bien profundo en el mar en una campana de buceo, respirando gases especialmente desarrollados para permitirles trabajar a tales presiones. Abajo en el fondo del océano, la única luz que tenían provenía de un vehículo que era enviado con ellos…” (Los buzos del Mar del Norte de Noruega han perdido sus mentes por el pertóleo. Oscar Rickett
Mientras tanto, en el otro lado del océano, entre los años de 1965 y 2000, la empresa francesa COMEX, establecida en Marsella, llevaron a cabo diversos buceos experimentales, estando siempre a la vanguardia, tratando de mejorar las técnicas de buceo y para explorar aguas profundas de forma más segura. El objetivo acá era puramente comercial. Había que demostrarle a las compañías de petróleo, que se podían llevar a los buzos hasta grandes profundidades.
Para ello se realizaron diferentes proyectos con objetivos bien definidos. Se llevaron a cabo Ludian, PLC, Physalie, Jano, Beluga, Sagitario, Coraz, Hydra y Hydra Ludian. El trabajo alcanzó su máximo objetivo en 1972 con el proyecto Physalie VI, que permitió alcanzar profundidades de 610 metros en simulador de buceo. Dos años más tarde, Sagitario VI repitió esta hazaña pero con una permanencia de 50 horas en esta profundidad.
A continuación, se inició el programa Janus, cuyo objetivo fue revalidar estos logros alcanzados en los simuladores, pero en el mar. En 1977, en Janus IV, los buzos experimentales de Comex alcanzaron una profundidad de 501 metros en el agua, respirando una mezcla de helio oxígeno con 5% de nitrógeno. De esta forma quedó demostrado que era posible enviar equipos de trabajo a estas profundidades con helio. Acá, al igual que en Duke, los fisiólogos se enfrentaron al tan temible SNAP. Los buzos presentaban temblor incontrolable, que les impedía desarrollarse a grandes profundidades. Para minimizarlo, los científicos de COMEX exploraron varias vías, como la disminución de la velocidad de compresión de los buzos. Los síntomas continuaron apareciendo a partir de los 300 metros.

Más allá de 300 metros de profundidad, los buzos se enfrentan con diferentes factores, los cuales son:
– El SNAP, que es un efecto de la presión sobre el sistema nervioso central. Afecta a la eficiencia del buzo.
– La densidad del gas que aumenta proporcionalmente a la profundidad y la respiración implica esfuerzos que perjudican la capacidad de trabajo del buzo.
Los diferentes buceos experimentales realizados desde 1983 hasta 1989 por COMEX en el programa HYDRA, han revelado que el hidrógeno reduce en gran medida estos factores limitantes.
En consecuencia el objetivo del proyecto fue definir los siguientes parámetros:
– La optimización de la velocidad de compresión y utilización de hidrógeno en la mezcla respiratoria hydreliox (H2-He-O2)
– El método de inyección de hidrógeno durante la compresión
– Velocidad de compresión.
Se llevó a cabo después de manipular los datos de los experimentos con animales. La profundidad que se alcanzaría sería entre 700 y 800 metros.
Tres buzos serían sometidos a presión en hydreliox a una profundidad equivalente de 610 metros. A esta profundidad, se evaluarían las respuestas fisiológicas comparadas con los de las inmersiones anteriores en relación al helio (PHYSALIE 6, 4 y SAGITTAIRE ENTEX 9). Los buzos luego serían llevados a unos 700 metros donde permanecerían varios días. Allí se realizarán todas las pruebas neurofisiológicas, cardiorrespiratoria, ergonómicas y psicométricas necesarias para la valoración de su salud mental y física.
Para evaluar las posibilidad de trabajo en esa profundidad extrema, los buzos realizarían actividades de inmersión (ejercicios de esfuerzo medido en un ergómetro, ensayos de mecano y colocación y retiro del equipo de buceo.).

Fue entonces que Comex inició un programa experimental con el uso de mezclas con hidrógeno, que también tenía la ventaja de hacer la mezcla de gas más liviana, menos densa. Este fue el origen de la aventura final de Comex de buceo en aguas profundas, a finales de la década de los 60, durante los experimentos Hydra, Hydra I y II, en 1968 y 1969. El único inconveniente del hidrógeno, es que en un estado gaseoso, es explosivo, en presencia de porcentajes mayores del 4% de oxígeno. Cuando el programa Janus empezó de nuevo en 1982, fue capaz de superar estas dificultades y superar un nuevo obstáculo para llegar a profundidades extremas. Durante Hydra VIII, se alcanzarían –en el mar- la profundidad de 534 metros, antes de ir hasta 701 m en las cámara hiperbáricas, durante el Hydra X en 1992. Desde entonces, Theo Mavrostomos sigue siendo “el hombre más profundo del mundo “en 701 m.
El programa del proyecto Hydra X incluía:
4 semanas de pre-buceo
2 días presurizados a 10 metros Mezcla H2-O2 PpO2 0.4 ATA
13 días de compresión hasta los 650 metros
Compresión del sistema con He hasta 200 mts
Compresión del sistema con H2 entre 200 y 400 mts.
Compresión con He de 400 a 675 mts.
3 dias de permanencia entre 650 y 675 y 701 metros
Mexcla: Hidreliox
PpO2: 0.4 ATA
Descompresión
Hidreliox: 701 a 280 mts. (se fue retirando el H2 lentamente del sistema, con un equipo diseñado por Comex)
Heliox: 280 a Superficie
PpO2 0.50 ATA (675 a 120 mts.)
PpO2 0.60 ATA (120 a 15 mts.)
24% de O2 de 15 mts a la superficie
Theo Mavrostomos, el hombre que hasta la fecha estuvo sometido a mayor presión en el mundo, nació en Grecia, en una Isla donde la práctica del buceo es una tarea cotidiana. A los 12 años de edad, se inició en la caza submarina y a los 23, ya era empleado de Comex, realizando buceos de saturación e intervención en diferentes partes del mundo, incluso en Tierra del Fuego, Argentina. Fue Así que el 20 de noviembre de 1992 como parte del Proyecto Hydra X, Theo alcanzó la profundidad de 701 metros en un simulador de Comex en Marsella.

En el reciente Congreso de la Sociedad Europea de Medicina Subacuática e Hiperbárica, realizado en Ginebra, tuve la oportunidad de entrevistarme con Theo, con el cual compartí un diálogo muy ameno. Por supuesto que mi mayor intriga, estaba relacionada con el buceo en el cual alcanzó la profundidad de 701 metros.
Referente al perfil del buceo que alcanzó los 701 metros, me comentó que: “… la compresión hasta los 675 metros de profundidad, llevó un total de 13 días. Debido al mal estado psicológico de los otros buzos, y como yo me sentía muy bien, pedí autorización a los directores del proyecto para ir solo hasta la profundidad previamente establecida, de 701 metros. Cuando fuí autorizado, me introduje solo en el simulador y comenzó la compresión que demoró 3 días. Al llegar a los 701 metros de profundidad, se me realizaron algunas pruebas y permanecí allí por 7 horas, y luego comencé la descompresión hasta 675 metros. Una vez a esta profundidad, se inició la descompresión a superficie, que en total tomó 24 días. Durante la descompresión se fue retirando el hidrógeno del sistema, hasta que llegamos a 280 metros, quedando una mezcla de Heliox. Allí comenzamos a notar nuevamente que la mezcla era más densa para ser respirada. Una vez en superficie, debimos permanecer una semana de “bend watch”. En realidad hasta los 500 metros, se podía respirar bien, pero a partir de esa profundidad, y hasta que llegue a los 701 metros (2300 pies), uno tenía la sensación de tener constantemente una persona sentada encima del pecho. Era muy difícil respirar…”.
- Fallecimientos en el intento de bucear profundo.
- Maurice Fargues murió en 1947 en un experimento para ver el nivel de profundidad a la cual un buzo podía alcanzar.
- Arne Zetterström falleció el 7 de agosto 1945 cuando estaba buceando con hidrógeno y experimentó problemas técnicos. Sus buzos de apoyo malinterpretado sus señales y lo izaron rápidamente a superficie en su campana de buceo, lo que dio lugar a una severa enfermedad de descompresión y a hipoxia.
- Hope Root falleció en diciembre 1953 tratando de romper el récord de buceo de profundidad de 330 pies; fue visto por última pasa de 625 pies.
- Sheck Exley murió en 1994 en un intento de llegar a la parte inferior de Zacatón en una inmersión que debería haber superado su propio record mundial para un buceo de profundidad.
- David Shaw murió en 2005 en un intento de recuperar el cuerpo de un buzo a una profundidad de 255 metros, buceando con recirculador.
- Guy Garman murió el 15 de agosto de 2015, de un intento fallido de sumergirse a 1.200 pies (370 m).
Dr. GMauvecin
