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Cuando el oxígeno se vuelve peligroso

Los gases atmosféricos no son tóxicos. Sin embargo, si sus concentraciones cambian, pueden tener un impacto en la vida y en los procesos de combustión (especialmente en el caso del oxígeno). Una cantidad suficiente de oxígeno debe estar presente en atmósferas respirables.

El aire que respiramos contiene aproximadamente 21% de oxígeno. Sin el oxígeno moriríamos en una en cuestión de minutos. Aunque ustedes no lo crean, el oxígeno es fundamental para la vida, pero también puede ser peligroso y hasta tóxico.

Los peligros son el fuego y la explosión.

El oxígeno se comporta como un gas muy reactivo. El oxígeno puro, a alta presión, como el de una botella de buceo con mezclas hiperoxigenadas, puede reaccionar violentamente con materiales comunes como el aceite y la grasa mineral.

El oxígeno se comporta como un gas muy reactivo. El oxígeno puro, a alta presión, como el de una botella de buceo con mezclas hiperoxigenadas, puede reaccionar violentamente con materiales comunes como el aceite y la grasa mineral. 

Casi todos los materiales, incluidos los textiles, el caucho,e incluso los metales, arderán vigorosamente en una atmósfera rica en oxígeno. Incluso un pequeño aumento en el nivel de oxígeno en el aire de hasta un 24% dentro de una cámara hiperbárica multiplaza, puede crear una situación peligrosa. Cuanto mayor sea la concentración de oxígeno y la presión en la atmósfera o en un sistema de oxígeno entonces:

  • La reacción a la combustión o al fuego será más vigorosa; 
  • La temperatura de ignición y la energía de ignición para promover la reacción de combustión será mucho menor;
  • La temperatura de la llama será más alta y, en consecuencia, la capacidad destructiva de la llama será también mayor. 

Una fuga en una válvula o la manguera en un espacio reducido o mal ventilado puede hacer aumentar rápidamente la concentración de oxígeno a un nivel peligroso.

Las principales causas de incendios y explosiones al utilizar oxígeno son:

  •     Enriquecimiento de oxígeno por fugas en el equipo;
  •      Uso de materiales no compatibles con el oxígeno;
  •      Uso de oxígeno en equipos no diseñados para servicio de oxígeno;
  •      Funcionamiento incorrecto o descuidado del equipo de oxígeno.

El oxígeno en sí no es inflamable, pero sí es comburente y ayuda a la combustión. Sin embargo, el nitrógeno y el argón inhiben la combustión. Cualquier cambio en la concentración de estos gases no puede ser detectado por los sentidos humanos, y si no son manejados correctamente, pueden producirse accidentes.

Para poder ser almacenados como líquidos, estos gases deben ser enfriados a temperaturas extremadamente bajas (menos de -180 0C a presión atmosférica). En este estado, pueden causar rápidamente quemaduras frías y hacer que ciertos materiales se vuelvan quebradizos, lo que a su vez puede conducir a una falla estructural.

El aceite y la grasa son particularmente peligrosos en presencia de oxígeno puro, ya que pueden inflamarse espontáneamente y arder con violencia explosiva. No deben utilizarse nunca para lubricar equipos de oxígeno o de aire enriquecido (en determinadas condiciones pueden utilizarse lubricantes especiales compatibles con el oxígeno).

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