El tabique nasal se encuentra en el centro de la nariz, dividiendo las fosas nasales izquierda y derecha. Está revestido en ambos lados por la mucosa nasal. Un tabique nasal desviado puede ocasionar problemas durante el buceo.
Este tabique es una estructura osteocartilaginosa en la que cierto grado de desviación se considera una variación anatómica normal, afectando a aproximadamente el 80% de la población en general, de una forma u otra (Lanza). Esta desviación puede ser el resultado del desarrollo o de un traumatismo y puede manifestarse a través de una variedad de signos y síntomas.
Los buzos y su motivo de consulta
Una de las quejas más comunes que expresan los buzos al acudir a consulta es la obstrucción nasal. Esto puede deberse a la desviación del tabique nasal o, en otros casos, a la presencia de sinusitis crónica.
Dentro de la cavidad nasal, además del tabique, se encuentran los cornetes. Hay tres cornetes en cada lado, y un tabique desviado puede afectarlos.
En algunos pacientes, la cefalea se manifiesta como síntoma debido al contacto entre el lado convexo del tabique nasal y la mucosa de la pared del cornete inferior o medio, así como con la pared lateral de la cavidad nasal.
Un tabique desviado altera el flujo normal de aire a través de la nariz y los senos paranasales. Esto resulta en una reducción del flujo en la zona de la desviación e incluso puede bloquear completamente el paso de aire en ese lado. Esta condición se asocia con un aumento del riesgo de barotrauma en el oído medio y incrementa la susceptibilidad a la hipoxia y la hipercapnia (Mühlemann et al., 2006).
Por otro lado, en el lado opuesto a la desviación, el flujo de aire tiende a ser superior a lo normal, lo que también se relaciona con problemas sinusales, especialmente congestión e infecciones.
El flujo de aire diferencial resultante puede generar presiones desiguales en las trompas de Eustaquio al abrirse en la rinofaringe, lo que provoca un desequilibrio en la igualación de la presión en los oídos.
La solución extrema
Los buzos que enfrentan problemas de ecualización debido a una desviación severa del tabique nasal a menudo requieren intervención quirúrgica, lo que mejora significativamente su calidad de vida, tanto en la superficie como bajo el agua.
El tiempo de retorno al buceo después de una septoplastia dependerá de varios factores, incluyendo el tipo de procedimiento realizado, las posibles complicaciones y la velocidad de recuperación.
En una intervención rutinaria sin complicaciones, generalmente se requiere un período de 3 a 4 semanas para que la cicatrización sea adecuada y se permita bucear nuevamente.
Algunos buzos pueden regresar al agua en un plazo de 2 a 3 semanas, pero deben tener en cuenta los posibles traumas nasales ocasionados por la inhalación de aire muy seco, la maniobra de Valsalva y la presión ejercida por la máscara facial.
En última instancia, el otorrinolaringólogo es el profesional más capacitado para asesorar sobre el momento adecuado para regresar al buceo.
En conclusión, la presencia de un tabique nasal desviado sintomático puede afectar negativamente la seguridad, la comodidad y el rendimiento de los buzos. Dependiendo de la gravedad, las medidas conservadoras o la septoplastia pueden resultar en una mejora significativa. Es fundamental realizar una evaluación exhaustiva por parte de un otorrinolaringólogo especializado para confirmar el diagnóstico y determinar el enfoque terapéutico más adecuado para cada buzo.
Dr. GMauvecin
Bibliografía recomendada
Lanza, D. C., Rosin, D. F., & Kennedy, D. W. (1993). Endoscopic septoplasty. American journal of rhinology, 7(4), 213-216.
Mühlemann, M., Merli, Y., Knobel, P., Joliat, E., & Chapuis C. (2006). Polypose naso-sinusienne et plongée sous-marine: le point en 2006. Revue médicale suisse, 2(90), 2636-9.