El equipo de los Drs. Adam Ameur y Ulf Gyllensten, de la Universidad de Uppsala en Suecia, sostienen que hace unos 300.000 años, los homínidos se adaptaron genéticamente para ser capaces de producir cantidades significativas de los ácidos grasos omega-3 y omega-6. Esta adaptación habría sido crucial para el desarrollo de la capacidad cerebral única de los humanos modernos, y su cerebro pasó de pesar unos 500 gramos, a los 1,2 kilos que pesa en los humanos de la actualidad.
Estos investigadores han comprobado que los humanos tenemos una variante genética única que posibilita una mayor producción de estos ácidos grasos, y sólo está presente en el ser Humano y no en chimpancés, gorilas, y monos rhesus, nuestros parientes evolutivos vivos más cercanos. Tampoco poseyeron esta variante genética los neandertales ni los homínidos de la Caverna Denisova (nuestros parientes evolutivos extintos más cercanos aparte de los neandertales).
Recientemente, la Dra. Lladó, publicó un trabajo en el que queda claramente establecido que un grupo de individuos del Sudeste asiático, genéticamente se han adaptado a una forma de buceo que practican a diario, y les permite conseguir sus alimentos. Es la apnea, los cuales han desarrollado no solo una mayor vasoconstricción periférica, sino que también han desarrollado un bazo hasta un 50% de mayor tamaño, lo que les permite disponer de una mayor cantidad de glóbulos rojos durante la apnea.
Dr. GMauvecin