Infecciones y buceo
Como exponernos menos a las infecciones
Gustavo Mauvecin
La utilización en forma recreativa, ya sea de aguas continentales (agua dulce) como marinas, está aumentando en muchos países. A modo de ejemplo y de acuerdo con un informe de la Organización Mundial del Turismo, se estima que para el año 2026,serán 346 millones de turistas los que visitarán diferentes destinos del Mediterráneo por año. En el Reino Unido se estima que más de 20 millones de personas van a utilizar la costa británica cada año, además de sus aguas interiores y alrededores.
Este uso recreativo del agua por el turismo, en pleno crecimiennto, puede exponer a las personas a una variedad de riesgos para la salud, dentro de los cuales, no debemos olvidarnos, los gérmenes patógenos. Toda actividad que implique un contacto directo con el agua, tal como el surf, el windsurf y el buceo, están creciendo en popularidad. A esto le debemos sumar el desarrollo del equipamiento, entre el que se encuentra el traje de neopreno y los trajes secos, en sus distintas variedades. Esto ha permitido que las inmersiones sean más prolongadas, tanto en las zonas templadas como en aguas extremadamente frías.
En un trabajo realizado por el Dr. Jack Schijven en Holanda, analizó la cantidad de agua tragada por los buzos comerciales y recreativos, y lo relacionó con el riesgo de contraer alguna infección por gérmenes patógenos. A través de cuestionarios que se le enviaron a los buzos, se pudo determinar la cantidad de agua tragada y el compromiso de su salud (náuseas, vómitos, diarrea, y problemas de oído, de la piel, los ojos y problemas respiratorios). Los buzos profesionales, en promedio, ingirieron 9,8 ml de agua marina y 5,7 ml de agua dulce por inmersión. Los buzos recreativos ingirieron como promedio, 9,0 ml de agua marina; 13 ml de agua dulce; 3,2 ml el agua de canales o de ríos; y 20 ml de agua en las piscinas, dependiendo, claro está, del tipo de máscara que utilice el buzo. A partir del volumen de agua ingerido y de las concentraciones de gérmenes patógenos en el agua contaminada con materia fecal, se estimaron los riesgos de infección por inmersión y por año, que fue tan importante, lo que explica porqué solamente el 20% de los buzos reportaron no haber tenido ningún problema de salud dentro del último año.
El riesgo de un buzo para contraer una enfermedad por gérmenes patógenos en el medio marino, va a depender del tiempo de exposición, la virulencia de los gérmenes y de la susceptibilidad individual. Los microbios generalmente infectan a través de la ingestión, inhalación o exposición de mucosa-membrana (de origen natural o en las heridas). Los microbios pueden infectar a través de las lesiones en la piel, los oídos y la mucosa de la boca, los ojos y la nariz, aunque las infecciones también pueden ser consecuencia de la ingestión de agua.
Muchos buzos no se dan cuenta, o no se imaginan, de los peligros a que se exponen cuando utilizan un equipo que puede estar “contaminado”, pudiendo tener un impacto negativo en su salud. Seguramente que el buzo, conscientemente, no va a beber agua del mar, o nadar directamente en aguas contaminadas. Sin embargo, por allí no tiene en cuenta que su traje de neopreno, absorbe todos los gérmenes y contaminantes con cada inmersión. Al colocarse el equipo de buceo sucio, sin haber realizado su limpieza adecuadamente, dará lugar a que su traje presente un olor extraño y permita el desarrollo en él, de bacterias y moho. Al utilizar el traje en estas condiciones, seguramente desarrollará una erupción en la piel, y dependiendo del tipo de bacteria, esto podría concluir en una infección grave de la piel.
Los cilindros de aire contaminados, son otro peligro que puede tener consecuencias hasta mortales. Si el llenado de los mismos no se realiza con conocimiento y precaución, se puede obtener un cilindro con aire contaminado. En este caso no son tan importante las infecciones, pero sí, los contaminantes tales como el CO (monóxido de carbono). Simplemente oler y probar el gas en su botella, antes de una inmersión, puede alertarnos. El CO no tiene olor, pero si uno, al examinar el aire contenido dentro del cilindro de buceo, le siete olor a hidrocarburo, humo o aceite, lo primero que debe sospecharse, es que el aire esté contaminado con este mortal gas.
Otro componente del equipo a tener en cuenta, es el regulador. Éste puede haber sido guardado mal lavado, o en malas condiciones de almacenamiento. Esto puede permitir que en su interior se acumulen cristales de sal o de calcio (si no fue correctamente secado después de haber sido enjuagado con agua corriente), bacterias, o incluso que aloje insectos o arácnidos. De esta manera se pueden adquirir infecciones respiratorias, o procesos irritativos de las vías aéreas superiores, que pueden llegar a ser muy graves.
Por último, y no menos importante, es la contaminación del equipo que puede ocurrir en los “tanques comunitarios de enjuague”. Casi todos los operadores de buceo, ofrecen algún tipo de tanque comunitario de enjuague para el equipo, con agua dulce. Generalmente los hay de dos tipos. Uno para enjuagar trajes, máscaras, botas, reguladores y chalecos compensadores (BC), y otro, separados, para enjuagar los equipos de fotografía y video. La realidad es que un sistema de este tipo puede significar un mayor cuidado para el equipo de buceo, que para la salud de los buzos. Debido a la cantidad de equipo que allí se enjuaga en relación con el volumen de agua, terminan siendo un medio para recoger y concentrar los microbios de todos los buzos, generando una potencial causa de transmisión de las infecciones, entre ellos.
“Para muestra, basta un botón”. En el Pacífico sur, se reunieron en un congreso médico, 27 profesionales de la salud. Después del segundo día de buceo, dos de los asistentes refirieron problemas en los ojos, y en los días siguientes, fueron un total de 13 los que refirieron infecciones oculares. Después de realizar un control epidemiológico, se arribó a la conclusión de que la conjuntivitis se inició a partir de un divemaster que tenía una infección ocular. Él colocó su máscara en un recipiente comunitario para enjuague de equipo y solamente los buzos que utilizaron este tanque, se infectaron.
Enfocado en esto, en 2010 el Dr. M Miller de la Universidad de Virginia del Oeste (USA), realizó el relevamiento bacteriológico en los tanques comunitarios para enjuagar equipos de buceo en una isla del Caribe. Para ello se recogieron muestras de agua en tubos estériles, durante un viaje de buceo en Belice, durante un período de cinco días. Las muestras fueron posteriormente cultivadas en caldos específicos. Las muestras se tomaron de:
El tanque comunitario de enjuague para el equipo.
Los baldes en las embarcaciones donde se enjuagaban o almacenaban las máscaras durante el tránsito.
Varios sitios de buceo en el mar a distintas profundidades.
El agua de mar en las instalaciones de buceo.
Los resultados fueron sorprendentes. Los cultivos demostraron que el agua utilizada para llenar los tanques, estaba libre de bacterias. Tampoco se detectaron bacterias en ninguno de los tanques, inmediatamente después de haber sido llenados por la mañana. Sin embargo, por la tarde los tres tanques contenían una gran cantidad de bacterias de diferentes tipos. Los dos tanques comunitarios para el enjuague de las máscara, también fueron muestreados, y ambos contenían niveles muy altos de diferentes tipos de bacterias. El patrón temporal de los resultados indica que las bacterias ingresaron a los taques con los lavados de los equipos. Sin embargo, no se pudo determinar si eran bacterias portadas por los buzos o que se encontraban en el mar.
No está todo perdido.
El equipo de buceo, debido a su característica y al hecho de que podría ser almacenado húmedo, crea un entorno en el que los microorganismos, incluyendo hongos, levaduras, bacterias y virus, se pueden multiplicar rápidamente. De hecho, los hongos son uno de los contaminantes más probables y éstos podrían producir grandes cantidades de esporas. Estas esporas, al ser inhaladas, a su vez, podrían causar una reacción alérgica en todas las vías aéreas, desencadenando situaciones potencialmente peligrosas para la vida, especialmente de los buzos (congestión de la mucosa nasal y espasmos bronquiales).
Por lo dicho hasta acá, y con la finalidad de minimizar la posibilidad de contraer alguna infección como resultado de la práctica de buceo, es sumamente importante limpiar y desinfectar regularmente el equipo de buceo.
En los últimos años, con el surgimiento de nuevos microorganismos y la recurrencia de otros más antiguos como la tuberculosis, la hepatitis, herpes, VIH, ha ido creciendo la preocupación referente al contagio de enfermedades en la práctica del buceo, o la transmisión de enfermedades entre buzos que comparten los equipos de buceo (comercial o recreativo). Se ha convertido en un tema prioritario nuevamente.
Limpieza.
- Referente al régimen de limpieza, se deben seguir las instrucciones del fabricante
- La defensa más eficaz contra los microorganismos es minimizar las condiciones en las que se desarrollan:
- Una vez limpiado a fondo, el equipo debe ser secado y luego almacenado en un lugar seco y limpio.
- Las áreas clave que deben ser limpiadas son las piezas de boca, máscaras nasales y orales, las boquillas y las superficies internas de los BC.
- En el caso de los recicladores, se debe prestar especial atención al circuito de respiración completo, incluyendo mangueras y bolsa contrapulmón.
- El equipo deberá ser limpiado todos los días después de haber sido utilizado. Posteriormente deberá ser enjuagado con abundante agua corriente y finalmente, secado.
Enjuague
Es de vital importancia, y se debe llevar a cabo con agua potable y limpia. El objetivo es eliminar cualquier elemento que pudiese actuar como nutriente para el crecimiento microbiano. El enjuague elimina también cualquier crecimiento que ya podrían estar formando. Si la calidad del agua disponible está en duda, se puede reemplazar por agua embotellada.
Secado
La humedad favorece el crecimiento de microorganismos, por lo que es importante, después de enjuagar el equipo, secarlo completamente. El equipo se debe secar en el interior de una habitación cerrada, limpia y con circulación de aire (por ejemplo, con un ventilador). Las máscaras de silicona transparente, si se las seca al sol, con el tiempo se irán poniendo amarillas.
Procedimiento de limpieza
Para limpiar los reguladores de buceo se debe utilizar un cepillo y un detergente no iónico. Con el cepillado se eliminarán residuos sólidos del regulador. Se debe enjuagar con agua corriente, y luego rociar con una capa abundante de solución bactericida en la boquilla y en toda la segunda etapa, hasta que la superficie quede mojada. Dejar reposar durante 10 minutos. Si la solución parece haberse secado,aplicar más solución para mantenerlo húmedo durante los 10 minutos completos. Después enjuague toda la segunda etapa en un recipiente con agua corriente o agua potable.
Desinfectantes
Se deben usar desinfectantes de superficies. Su compuesto activo es en base de amonio cuaternario (desinfectante de material quirúrgico). Es de amplio espectro, y no contiene alcohol. Eficaz contra la tuberculosis, el VIH, la hepatitis A, B, y C, Escherichia coli, Herpes Simplex, Influenza. Mycobacterium tuberculosis, Pseudomonas aeruginosa, Salmonella choleraesuis, Staphylococcus aureus, Trichophyton mentagrophytes, and Aspergillus niger.
Durante mucho tiempo se han utilizado las soluciones de yodo, pero se vio que muchas veces la goma del equipo de buceo se hacía pegajosa y se resquebrajaba. Esto se debía a una mala dilución del desinfectante.
Y por casa, cómo andamos???
Si lo que vimos hasta ahora los hizo pensar en si van a enjuagar sus equipos personales de buceo en tanques “comunitarios”?; o van a enjuagar sus máscaras y snorkel en los baldes abordo?; van a seguir utilizando equipo de buceo rentado?. Pues bien, la realidad es que la probabilidad de contagiarse alguna infección es baja, y esto es debido a que generalmente las operadoras de buceo se preocupan mucho por estos temas. Y debería ser casi improbable si hacemos nosotros lo que debemos. De todas maneras veamos con qué tomamos contacto a diario.
Dr. GMauvecin