El 18 de septiembre de 2012, los buzos Chris Lemons, Dave Yuasa y Dunncan Allcock, se encontraban abordo del buque Bibby Topaz, perteneciente a la empresa Bibby Offshore (actualmente Rever Offshore), al este de la costa de Escocia, y más precisamente, se encontraban realizando un buceo de saturación en un yacimiento petrolero, a 90 metros de profundidad.
Como recientemente se pudo ver en la película “Last Breath”, las cosas pueden salir mal y de hecho salieron mal, a pesar de todo. Y el buceo de saturación, es seguro siempre y cuando todo salga bien. Y si sale mal, es instantáneamente peligroso, (Parafraseando al escalador en solitario Alex Honnold).
Ese día, y alrededor de 50 minutos después de haber iniciado el buceo, los dos buzos se encontraban realizando tareas de mantenimiento de las tuberías de petróleo, cuando en la sala de control de buceo del Bibby Topaz, se encendió la alarma del posicionamiento dinámico del buque. Esto indicaba que el buque no se podría mantener encima del punto de buceo, por lo que se les ordenó a los buzos que regresasen inmediatamente a la torreta de buceo. En ese momento, el buzo Lemons, advirtió que su umbilical se encontraba enredado en parte de las estructuras que protegía las tuberías de petróleo. La torreta siguió desplazándose, arrastrada por el buque, y el umbilical de cortó, e inmediatamente, Lemons se quedó a oscuras, sin suministro de mezcla respiratoria ni de agua caliente para contrarrestar la pérdida de calor. Solamente contaba con sus botellones de emergencia, cargado a una máxima presión de 300 bar, con una mezcla de gas de emergencia, que solamente le daría una autonomía de unos 10 minutos, a esa profundidad.
A los pocos segundos, su cuerpo comenzó a enfriarse rápidamente. Debemos tener en cuenta que la mezcla que respiraba a esa profundidad, contenía un 95 % de helio, un gran conductor térmico.
Mientras tanto, abordo del buque se realizaba tareas con la finalidad de recuperar el posicionamiento dinámico y regresar a asistir al buzo Lemons. Esto ocurrió alrededor de 30 minutos después de haberse cortado el umbilical.
Una vez sobre el sitio de buceo, el buzo Yuasa, ingresó nuevamente al agua desde la torreta, y guiado por las luces del ROV, localizó a Lemons inmóvil, sobre la estructura protectora de la válvula. Rápidamente lo asistió y lo introdujo, con mucho esfuerzo, dentro de la torreta. Allí fue asistido por el bellman Allcock, quien al retirarle el casco de buceo, observó que su rostro estaba totalmente azul. Inmediatamente le realizó respiración boca a boca, y sorprendentemente, Lemons, lentamente fue recuperando la consciencia y su coloración normal.
Nadie sabe, en la actualidad, qué es lo que pasó con Lemons, ni porqué continuó con vida. Uno de los puntos a tener en cuenta, es que el buzo, en aquel momento, estuvo respirando una presión parcial de oxígeno elevada. De acuerdo con normas vigentes en ese momento, la mezcla respiratoria del sistema de bailout, debería tener un porcentaje de oxígeno tal que el buzo respirase a la presión de trabajo, una presión parcial de oxígeno de 1,6 ata, por lo tanto, podría haber un mayor contenido de O2 disuelto en su cuerpo.
Por otro lado, Lemons estaba produciendo mucho CO2 y lo retenía en su sangre y sus tejidos. Así que (Lemons) habría perdido la consciencia por el efecto tóxico del CO2.
Por último, el frío extremo al que fue expuesto su cuerpo, generó una redistribución de la circulación sanguínea, disminuyéndola en órganos no esenciales, pero manteniéndolo en los órganos vitales en funcionamiento, tales como el corazón y el cerebro (reflejo de buceo de los mamíferos marinos). A esto se sumó la brusca caída del metabolismo y del requerimiento de O2 por el cuerpo.
Una solución para la emergencia
Una situación de emergencia para los buzos comerciales, es la pérdida del suministro de la mezcla respiratoria. Particularmente, los que realizan buceo de saturación, evidentemente, tienen el inconveniente, que por su estado de saturación, ante esta emergencia, no podrán salir a superficie. A esto se le suma que al estar respirando a grandes profundidades, el consumo del gas respiratorio es muy importante, lo que se traduce en muy poco tiempo de duración del mismo.
Normalmente, el sistema de suministro de gas respiratorio de emergencia, consta de un bibotella de 7 litros cada uno, cargados a una presión de 300 kg/cm2.
Organismos internacionales relacionados con la práctica del buceo comercial, tales como los patrones de NORSOK U-10024 (Noruega), ADC International Consensus Standards for Commercial Diving and Underwater Operations, e IMCA D024, son los que han establecido los lineamientos referentes a las características de los sistemas de respiración de emergencia.
Este sistema de respiración de emergencia, debe tener suficiente capacidad para permitir que el buzo llegue a un lugar seguro. Como mínimo, el sistema de rescate deberá proporcionar gas durante 10 minutos sobre la base de un consumo medio de mezcla respiratoria de 62,5 I/min, corregido con la presión ambiente (NORSK). Esto significa que un sistema a circuito abierto (dos botellones de 7 litros y 300 bar) brinda una cantidad de mezcla respiratoria a una atmósfera de: 2 x 7 x 280 bar (se supone una reserva de 20 bar) = 3.920 litros de gas disponible.
Para IMCA D024 Rev 1: La(s) botella(s) deben tener una duración suficiente como para permitir que el buzo regrese a la campana o torreta en caso de emergencia, antes de 5 minutos. Esto significa que la capacidad de mezcla en la botella o botellas a la profundidad trabajo, permitirá respirar gas durante 1 minuto por cada 10 metros que se encuentre el buzo alejado de la torreta. Este cálculo debe realizarse utilizando 40 l/min como consumo mínimo. Con estos valores, y suponiendo una distancia de 50 metros, el sistema de emergencia en circuito abierto cumplirá con los siguientes requisitos de profundidad: – Gas disponible 3920 litros; consumo de mezcla 40I/min X 5min = 19,6 bar ata o 186 metros. Es decir, que la máxima profundidad a la que puede ser utilizado, serán 186 metros. La presión parcial de oxígeno será como máximo 1,6 ata y un mínimo de 0,4 ata.
Para los patrones de consenso de ADC, el sistema de emergencia, deberá tener un suministro mínimo de mezcla calculado en 4 minutos a la profundidad de trabajo del buzo. Es decir, que para un sistema a circuito abierto de 2 cilindros de 7 litros cada uno, proporcionarían 4 minutos de mezcla de emergencia a un máximo de 200 metros de profundidad.
Considerando que 5-10 minutos de duración de un sistema de emergencia a circuito abierto, es muy poca cantidad de mezcla, la empresa DIVEX, en 2016 presentó un sistema a circuito semicerrado que tiene una autonomía a 50 mts. de profundidad, de hasta 45 minutos.
El sistema COBRA (Compact Bailout Rebreathing Apparatus) es el único sistema comercial de rebreather de emergencia que ha obtenido la certificación UE. Tiene una característica que a mi modo de ver, es de suma importancia. Es totalmente mecánico; no requiere de electrónica alguna para su normal funcionamiento. Y otra particularidad, es que en el interior del circuito, siempre habrá presión positiva, independientemente de la profundidad a la que se encuentre el buzo. De esta manera, se evita el ingreso de agua al sistema, manteniéndolo operativo siempre.
En la industria del buceo comercial las profundidades más comúnmente alcanzadas en buceos de saturación, oscilan entre 50-200 metros. A estas profundidades, se puede llegar a requerir de un sistema de emergencia que le permita al buzo, poder alcanzar la torreta o campana en un tiempo mayor a los 10 minutos.
El sistema COBRA ha sido diseñado para ser sencillo de operar y de mantenimiento. El equipo es completamente mecánico y está diseñado de manera tal que el buzo pueda concentrarse en el trabajo, sabiendo que el sistema de emergencia estará ahí cuando lo necesite. COBRA está siendo sometido actualmente a pruebas en el simulador de Divex a profundidades de 500 m.
En el buceo de saturación, como su nombre lo indica, los buceadores se mantienen en presión hasta que todo su cuerpo está saturado de gas, es decir, hasta que todos los tejidos estén en equilibrio con el gas inspirado. Esto requiere al menos muchas horas y hasta días. Este tipo de buceo se realiza con la ayuda de un sistema de saturación, compuesto por cámaras de presión donde los buzos viven durante la saturación por períodos de hasta 28 días, mientras que la exposición en el agua puede ser de 4 a 6 horas diarias.
Los buzos están expuestos durante este largo período de tiempo a una elevada presión parcial de los gases respiratorios utilizados, y al medio ambiente. Este método de buceo se utiliza principalmente, pero no exclusivamente, para el buceo comercial.
El hecho de que los buzos pase largos períodos de tiempo aislados y confinados tiene, hasta donde sabemos, efectos principalmente psicológicos más que fisiológicos. Sin embargo, en el buceo comercial, el ritmo circadiano del buceador se interrumpe, lo que puede causar efectos fisiológicos.
Es por esto que me parece interesande hacer una descripción parcial del costado “médico” del buceo de saturación.
Dr. GMauvecin